miércoles, 30 de junio de 2010

4.5.3 VISIÓN COMPARTIDA

Una estrategia fructífera para elaborar una visión compartida se construye en torno de varios preceptos claves:

Toda organización tiene un destino, un propósito profundo que expresa la razón de ser de la empresa. Quizá nunca conozcamos del todo ese propósito, así como un individuo nunca descubre plenamente su propósito en la vida. Pero la atención de estar alerta a ese propósito emergente permite renunciar a la orientación reactiva y adoptar una orientación creativa.

Las claves para comprender el propósito más profundo de una organización a menudo se encuentra en las aspiraciones de su fundador, y en los motivos por los cuales nació una industria. La misión empresarial o las proclamas de propósito a menudo carecen de profundidad porque no logran captar la principal razón por la cual existe una industria. Cuando esta conexión cobra énfasis, el compromiso de una empresa puede guiar una industria entera hacia un propósito más profundo.

No todas las visiones son iguales. Las visiones que explotan un sentido profundo del propósito y expresan metas específicas que presentan la creación del mismo poseen un poder singular para generar aspiración y compromiso. Para ser auténticamente compartidas, dichas visiones deben surgir de la reflexión de muchas personas sobre el propósito de la organización.

Muchos integrante de la organización, especialmente los que se sienten comprometidos con la misma, poseen un sentido colectivo del propósito de la empresa.

En el corazón de la elaboración de una visión compartida se encuentra la tarea de diseñar procesos continuos sobre la gente de todos los niveles pueda hablar con franqueza sobre lo que realmente importa y ser oída por sus pares y los directivos.

La franqueza y el fervor con que se encaren este proceso determinan la calidad de los resultados. El contenido de una autentica visión compartida no se puede dictar desde afuera, solo puede surgir de un proceso coherente de reflexión y conversación.

Por último, existe un equivalente empresarial del concepto de tensión creativa (la tensión que surge cuando yuxtaponemos una imagen clara de nuestra visión con la realidad actual), propio del dominio personal cuando surgen estos aspectos, la disciplina de la visión compartidas se concentra en la elaboración de un sentido compartido que antes no existía. En las organizaciones tradicionales, el único sentido que conocen la mayoría de los miembros es comunicado desde arriba, desde una jerarquía tácita de sentido enraizada en la estructura de autoridad.

Las visiones compartidas suelen propagarse mediante el contacto personal. Para eslabonar estas múltiples comunidades, la organización depende de canales extraoficiales de comunicación donde la gente habla con desenvoltura y libertad, como cenas informales u otros eventos.

VISIÓN, VALORES, PROPÓSITOS (O MISIÓN)

Aunque esta disciplina se llama “elaboración de una visión compartida “esta expresión es solo una cómoda etiqueta. Una visión es solo un componente de las aspiraciones rectoras de una organización. El núcleo de estos principios rectores es el sentido de visión y destino compartido, incluyendo todos estos componentes:

Visión: una imagen del furo que deseamos.

Una visión es una imagen del futuro que deseamos crear, descrita en tiempo presente.

Una proclama de visión muestra a donde queremos ir y como seremos cundo lleguemos allí. Por ser tangible e inmediata, una visión infunde forma y rumbo al futuro de la organización y ayuda a la gente a fijar metas que sirvan de impulso.

Valores: La palabra valor deriva del latín valere, ser fuerte, vigoroso, potente, estar sano, y con el curso del tiempo ha adquirido sus actuales asociaciones con la valentía y con aquello que es digno de mérito o respeto. En este contexto los valores describen el modo en que nos proponemos a operar día a día, mientras perseguimos nuestra visión.

Que esperar de un proceso de visión compartida

En las primeras fases de la elaboración de una visión, la organización parece más fácil de dirigir que antes. Los empleados, aspirando a una visión compartida, exigen más información y poder.

A medida que se realiza el proceso de visión, los líderes deben estar disponibles para conversar, escuchar y alentar a los empleados. Hay gente que tiene poca capacidad para expresarse, pero presta mucha importancia a las palabras.

Flexibilidad de la visión.

Las visiones están en constante evolución, y constituyen una expresión de nuestros deseos. A medida que avanzamos hacia nuestra visión, aprendemos más sobre nosotros mismos y otras posibilidades se aclaran.

Alentado a toda la fuerza laboral.

En el proceso de elaborar una visión compartida, el personal y las funciones de toda la organización tienden naturalmente a linearse. Los sectores desperdigados y aislados encuentran su “norte magnético”: un punto de orientación que impulsa a todos hacia el mismo futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario